viernes, 4 de junio de 2010

Que hacer en Lisboa si tienes hambre y son las tres de la mañana...

Hoy voy a hablaros de un sitio de visita obligada si salís de marcha por Lisboa y no sabéis como o donde acabar la noche y, además de esto, os encontráis en un estado de hambre feroz.

El bar A Cachupa.

http://maps.google.es/places/pt/lisboa/r-do-po%C3%A7o-dos-negros/73/-a-cachupa?hl=es&gl=es

Este pintoresco e ilegal bar ha sido lugar de iniciación en la noche y en el ambiente bohemio de muchos lisboetas, y sigue abierto en su oscuro y lóbrego emplazamiento de la Rua do Poço dos Negros entre el Barrio Alto y Santos.

Su ambiente es sin duda alguna su punto fuerte. Abre a las tres de la mañana, y en el se juntan tanto borrachos sin techo como músicos callejeros, extranjeros, estudiantes Erasmus y gentes de buen y mal vivir en busca de un plato de cachupa recién hecho y unos botellines de cerveza bien fríos.

La parroquia del bar, la que de verdad se siente como en casa, es en su mayor parte africana, ya que la cachupa es un plato de origen caboverdiano compuesto de garbanzos, una mezcla variopinta de carnes y un huevo frito.

Esto se puede aderezar con el famoso preparado de piripiri picante que suele encontrarse encima de las mesas del establecimiento, y que añade un punto de viveza y picor al ya de por si potente revitalizante que constituye este manjar.

Pero no es solo precisamente por poder disfrutar de un buen plato de cachupa y una cervecita tirada de precio (que también...) por lo que uno debe de acercarse al A Cachupa cuando viaja a Lisboa.

Se trata, y el que haya vivido o visitado con cierto grado de intimidad la capital lusa lo sabe, de un auténtico viaje iniciático a lo más pintoresco de la ciudad.

Su ambiente arrabalero, destartalado y portuario, su mezcla de gentes, de procedencias tan dispares que bien puede obrar el milagro de juntar en una misma mesa a un catedrático universitario con un músico caboverdiano o con un ex-combatiente de la guerra de Angola discutiendo de política o de fútbol, es lo que le otorgan su misterioso atractivo.

La verdad es que es una suerte que en una ciudad pervivan este tipo de lugares. Quizá el hecho de tener puerto y de ser una ciudad abierta al mar y a las rutas comerciales con las colonias permitan que aún subsistan sitios así en Lisboa.

Aunque no sin dificultades, ya que corren rumores de intentos de cierre en los últimos años.

Yo por desgracia hace ya 8 o 9 años que no lo visito, pero aún recuerdo como si fuera ayer el acercarme a su lóbrega entrada, subir esas destartaladas escaleras esquivando los cuerpos ebrios de algunos clientes indeseables que eran "invitados" a abandonar el garito empujados escaleras abajo, y hacer valor para sobreponerme al al jaleo de las palabras exclamadas con violencia y ansia por los espectros vivos (todos) los que allí por un extraño anhelo o necesidad, nos encontrábamos. Yo además, extranjero, sin saber si entendía algo o nada del portugués que allí me hablaban, pero daba igual.


Seguro que el ilustre boquerón Artur Corvelo, inefable aspirante a poeta que ya transitará por Lisboa en el siglo XIX, y que os recomiendo conozcáis en la novela de Eça de Queiros, "La capital", iría al Cachupa a conspirar contra la sociedad bienpensante y conservadora.

Luego se iría de farra.


Mejor invitación, no se me ocurre...

O sea que ya sabéis...nos lo perdáis si pasáis por Lisboa

1 comentario:

  1. Estuve en el 2001. Mirad si es memorable el sitio que todavía me acuerdo y de repente me aventuré a indagar un poco más en si todavía existía. Me alegra saber que ha seguido alimentando hambrientos estómagos de madrugada. Sin duda, Lisboa es una ciudad donde me podría perder...

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